Dejamos la CM 1004 U Tomamos la GU 188 hacia Retientas y el embalse. El inicio de ésta está llena de agujeros con unos 5 km asfaltados aunque en la presa la carretera pasa a ser una ancha pista forestal en buen estado, con subidas, bajadas y bastante retorcida. Son aproximadamente 20 km hasta llegar a La Vereda, aunque realmente merece la pena.
Este pueblo está abandonado y presenta una arquitectura típica de la zona y como estaba hace cientos de años, lo cual es de agradecer ya que el resto de los pueblos de la zona que conservan esta arquitectura son algo "artificiales" prosperando casas rurales, hoteles y restaurantes.
Este pueblo fue expropiado por el ICONA a los pocos vecinos que quedaban con intención de tirarlo y hacer repoblación forestal, pero un grupo de arquitectos lo rechazaron de plano y actualmente es una asociación la dueña del lugar. Si alguien está interesado, se hace socio pagando una cuota y se le asigna (o elige, no lo recuerdo bien) una casa que puede reconstruir y disfrutar durante 10 años, aunque hay gente que lleva así 30.
El regreso se hizo largo y pudimos contemplar dos corzos en la misma carretera, uno en la cuneta y otro en la ladera a pocos metros de la pista.
Pernoctamos en Campillo de ranas, en un pequeño solar cerca de la entrada.
Majaelrayo
Area recreativa de Cantalejo. Estupendo sitio de pernocta.
Hayedo de Tejeda Negra
Para visitar el hayedo en otoño hay que solicitar permiso a través de la página web de la Junta de Castilla-La Mancha. Si no es prácticmanete imposible entrar.
En la caseta del centro de visitantes paran los vehículos y comprueban la reserva. De aquí hasta el aparcamiento hay unos 8 km por pista forestal, en algunos sitios estrecha y con poca visibilidad y pueden incluso llegar autocares. Al final hay un aparcamiento. Comprobad que con todos los coches aparcados, podeis salir. Algunos sitios no están pensados para aparcar las autocaravanas.
No se puede pasar la noche allí
Para visitar el hayedo hicimos un camino -muy concurrido por cierto- de unos 6 km y unas 2,30 horas, de dificultad media, ya que tiene pendientes, la última pronunciada. La primera y última parte del camino no discurre por el hayedo.
Disfrutar de un hayedo en otoño es un auténtico lujo para los ojos, aunque aquí el otoño no estaba muy entrado.